
Encerrado en casa, obligado ¡contra mi voluntad! a jugar a Dragones y Mazmorras todo el día a través de internet. Un terrible precio que pagar por mi salud y la de mis allegados.
Encerrado en casa, obligado ¡contra mi voluntad! a jugar a Dragones y Mazmorras todo el día a través de internet. Un terrible precio que pagar por mi salud y la de mis allegados.